Es tu tortura particular. Te duchas por la mañana y, poco rato después, cuando ya estás en el trabajo, te miras al espejo del baño y te repites la misma pregunta: ¿Por qué tengo el pelo tan sucio? ¿Por qué parece que me he venido a trabajar directamente desde la piscina, sin pasar por la casilla de la ducha?
Hay varios motivos que pueden dar explicación al aspecto Robinson Crusoe -descuidado y “poco limpio”- de tu cabello. Y tranquilo porque ninguno de ellos está relacionado con la poca higiene. Contra algunas de esas razones es casi imposible luchar, porque entra en juego la madre naturaleza. Pero hay en otras en los que sí puedes intervenir y aquí vamos a contártelas todas.
Por qué tengo el pelo tan sucio: Porque tu cabello es graso
Esta es una de las que no ofrecen lucha posible. Tu cabello es graso y punto. Es rebelde porque el mundo le ha hecho así. Por genética. Naciste con esa condición. Esto explica que aparezca sucio y apelmazado. En realidad no se trata de un problema del pelo en sí, sino de algo que sucede en la raíz.
Todo el mundo tenemos en el cuero cabelludo unas glándulas que generan sebo de manera natural, lo que permite nutrir la fibra capilar y da brillo. En las personas con el pelo graso se da la circunstancia de que esas glándulas generan sebo de más, que se va quedando pegado en el cabello y lo ensucia con rapidez. Por eso, quienes tienen el pelo seco (algo que sucede con frecuencia cuando es rizado) pueden aguantar hasta una semana sin lavarlo. Para los de cabello graso, eso es algo impensable y obliga al lavado diario si se quiere evitar la imagen de alérgico a la higiene.
Por regla general, se da la circunstancia de que las personas con pelo fino y lacio suelen tenerlo más graso que el resto. Falta cabello para tanto sebo como se genera para nutrir. O, dicho de otro modo, sobra grasa.
Por qué tengo el pelo tan sucio: Por la polución
Pese a haber nacido con el cabello graso, en la suciedad del pelo también influyen otros factores externos. Aquí te contamos algunos de ellos.
- La polución: Hay factores ambientales que afectan a la limpieza del pelo y este es uno de ellos (y uno de los más importantes). Si has vivido siempre en una ciudad, quizá no lo hayas notado. Pero presta atención a tu pelo la próxima vez que vayas a pasar unas vacaciones en un entorno rural, con poca polución. De igual modo que ensucia la piel del rostro, la contaminación afecta al cuero cabelludo. Sobre él se depositan partículas, polvo, residuos de humos… Como comprenderás, esto no contribuye ni a que esté limpio ni a que lo parezca.
- Hábitos equivocados: Quizá sin darte cuenta tengas un poco de culpa en que tu pelo se engrase antes de lo que lo haría sin tu intervención. ¿Qué productos utilizas cuando lo lavas? Comprueba que no tengan ingredientes que puedan irritar el cuero cabelludo y que no afecten al pH natural de la piel. Vigila también las cantidades. Un exceso de champú puede agredir el cuero cabelludo.
- Factores hormonales: Durante la pubertad y la adolescencia, las hormonas están en plena ebullición. Es una época de gran actividad en las glándulas sebáceas, que producen más grasa, lo que afecta al pelo y motiva el acné tan habitual en estas edades.
- Además, los tratamientos con píldoras anticonceptivas también alteran la actividad hormonal y pueden provocar más producción de sebo que afecte al pelo.
Vale pero, ¿entonces qué puedo hacer?
Una vez que conocemos el listado de factores que pueden justificar esos pelos tuyos que te traen de cabeza, te estarás preguntando qué puedes hacer para solucionarlo. Estos son algunos pequeños tips que, aunque no solucionarán tu problema, por lo menos te echarán una mano.
- En la ducha, utiliza productos adaptados al cabello graso. Lo ideal es que sea un champú neutro, respetuoso con lo pH del cuero cabelludo.
- No utilices el agua muy caliente, porque altera e irrita el cuero cabelludo. Mejor templadita y pon mucho cuidado en aclarar bien y que no queden restos de producto.
- Vigila la composición de los productos capilares en general (no solo el champú). Descarta el uso de aceites, cremas de peinado o ceras, que aportarán más grasa al cabello. Desecha también aquellos que contengan siliconas, porque hacen un efecto tapón en el folículo piloso.
- Controla el hábito de tocarte el pelo constantemente. Si no puedes, recurre a coletas y recogidos, para evitar riesgos.
- Consulta con tu peluquero cortes de pelo que le den movimiento a la melena. Piensa que con los cortes rectos, el cabello queda pegado al cuero cabelludo y el problema de la grasa se retroalimenta.
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