Está seco, con las puntas abiertas, se parte, parece enmarañado, no brilla, ha perdido movimiento… Es momento de confesar: Mi pelo es un estropajo.
Aunque igual un día las tendencias de belleza nos dan un susto y, de repente, se lleva el pelo de estropajo (recordemos el pelo «frito» de los años 80), de momento no es el caso, y a quien le toca la china de un cabello con este aspecto se las ve y se las desea para peinarlo, pero pocas veces encuentra un resultado digno.
El problema son todos los hábitos que nos han llevado a esta situación. No te dabas cuenta, pero poco a poco estabas agrediendo tu cabello con un sinfín de prácticas. ¿No lo crees? Las enumeramos: Te lavas el pelo con demasiada frecuencia, no utilizas el champú adecuado, no dejas actuar el tiempo suficiente el acondicionador y cualquier excusa es buena para saltártelo, «¿mascarilla, qué es eso?», lo tiñes, le das mechas, utilizas las planchas con frecuencia, lo moldeas o te haces alisados (japoneses, brasileños o cualquier nacionalidad que surja) en la peluquería, lo frotas con la toalla después de lavarlo, lo cepillas con brusquedad… Y encima tienes estrés, comes regular, fumas…
Y así nos hemos encontrado en esta situación (si a ti no te pasa, considérate un espécimen en extinción y preséntate ante los científicos para que estudien tu caso, por favor). La cutícula se va dañando con el paso del tiempo y con estas agresiones el pelo va volviéndose cada vez más seco y, como consecuencia, menos fuerte. Su fibra está estropeada así que se parte con facilidad y se abren las puntas (se rumorea que un día lo comparaste con un estropajo Scotch Brite y no fuiste capaz de encontrar gran diferencia, a excepción del color verde…).
Pero (redoble de tambores) hay solución -y no es raparte la cabeza a lo Teniente O’Neill-. Junto a muchas propuestas cosméticas que hallarás en el mercado y que exigen constancia, así como buenos hábitos que excluyen buena parte de lo citado anteriormente, puedes recurrir a uno de los tratamientos más efectivos reconocidos por los especialistas en cabello, la cauterización capilar.
Pelo dañado: ¿Qué es la cauterización capilar?
El secreto del éxito de la cauterización es que consigue sellar la fibra capilar, es decir, y por explicarlo de manera llana, que logra que las moléculas que componen cada cabello se junten de nuevo sin dejar huecos entre ellas, de modo que el pelo vuelve a quedar protegido y a recuperar la queratina, las vitaminas y el colágeno de su estructura, que habían desaparecido por las agresiones.
La cauterización capilar recupera la fibra capilar reseca y quebradiza mediante el uso de la queratina líquida, una proteína que se encuentra de modo natural en la piel, los dientes, las uñas y el cabello, y que, en este último caso, se encarga de su protección y lo mantiene brillante y suave (su mayor enemigo son los tintes, las planchas y los químicos de tratamientos agresivos de alisado o rizado).
El tratamiento puede practicarse de entrada un par de veces al mes, si el cabello está realmente castigado, aunque el especialista debe valorar cada caso en particular. «Aunque, por regla general, los efectos duran entre 1 y 2 meses en un cabello normal, las aplicaciones sucesivas ayudan a regenerar el pelo poco a poco, por lo que la constancia es básica en este tipo de tratamientos», advierten nuestros especialistas del Instituto del Pelo.
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