Un test de la farmacia, una visita al ginecólogo y los gritos de tu madre y de tu suegra. Una palabra: Embarazada. Todos sonríen. Viva la alegría. Tu padre se hace el fuerte, pero ves como se le cae la baba tan sólo con imaginar a un pequeñajo al que llevar al parque. Tu suegro mira a tu pareja orgulloso “Claro que sí, hijo. ¡Campeón!”
Tu pareja y tú estáis contentos, un bebé siempre es motivo de alegría, y más si es un bebé buscado. Os miráis, sonreís, y el lenguaje no verbal con el que siempre os comunicáis empieza a lanzar señales distintas. De repente, se te ocurre abrir la boca. ¿Cariño, vamos a caber los tres en esta ratonera de piso?, ¿cambiamos los muebles?, ¿dónde voy a dar a luz?, ¿a qué cole va a ir? La cara de tu nene es un auténtico poema. Te diremos nosotros lo que él no se atreve a decirte…
¡Stop!¡Alto!¡Frena futura mamá! No te vuelvas loca pensando en si tu hijo hablará inglés o cómo vais a montarlo para cambiar los pañales. Antes que pensar en todo esto, hay algunas cosas que tienes que saber, y que están más relacionadas contigo que con el todavía no nacido. Una de esas cosas es, por ejemplo, el proceso de cambio que va a experimentar tu cabello. Sí. A las náuseas, los cambios de humor y de metabolismo se unen también los ¿conocidos? cambios en el cabello en embarazadas. Pero para tu alivio, estos cambios son, para la mayoría de las mujeres, positivos durante el período de gestación. La posible alopecia postparto ya vendrá después, si acaso.
Es importante que sepas que cuando no estás embarazada el cabello crece de forma regular pero que, como todo, este proceso se va a ver alterado durante tu embarazo. De normal cada pelo crece una media de pulgada por mes durante seis años aproximadamente. Después de esto, ese mismo pelo entra en una fase de descanso que se prolonga dos o tres meses, para finalmente, acabar cayendo de forma gradual. Sin embargo, el cabello en embarazadas permanece más tiempo en esa etapa de descanso por los altos niveles de hormonas que sacuden nuestro cuerpo. Algo bueno tenían que tener las odiosas hormonas, ¿no? Esto provoca que nuestro cabello se caiga menos a diario dando la impresión de que nuestra melena es más abundante y tiene un mayor volumen.
Otras mujeres, sin embargo, pueden experimentar el fenómeno inverso, o sea, que pueden ver cómo su cabello se vuelve débil, se enreda en exceso y se vuelve muy seco o muy graso. Estos síntomas suelen manifestarse durante los tres primeros meses de gestación, si bien pueden prolongarse todo el embarazo. Si estás en este desafortunado grupo, y para tu consuelo, te diremos que tu cabello volverá a la normalidad en unos seis meses después de dar a luz.
Pero algo común para todas las embarazadas, esas que disfrutan de melena frondosa o las que sufren de cabellos debilitados, es la opinión de los especialistas en salud del cabello en cuanto a tintes, permanentes y demás productos químicos. Si las canas se apoderan de tu melena y no puedes más con esa raya horrible en la que no dejas de pensar es mejor que optes por tintes sin amoniacos o por unas simples mechas. Resulta que los químicos que usamos para lucir cabellos a todo color son absorbidos por el torrente sanguíneo pudiendo perjudicar la salud del pequeñín.
Y algo que a ti te beneficia y al futuro bebé no le hace ningún daño es un buen corte de pelo. Así es que aprovecha el momento e imita a la Carbonero. Un buen repaso de tijeras te hará sentir guapa y, si aciertas con el corte, disimularás hasta los kilos de más que seguro ganarás en tu embarazo dándole al mismo tiempo más salud a tu cabello y preparándote para todos esos cambios en el cabello típicos en mujeres embarazadas. Y, ¡ah! ¡enhorabuena!
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Fuente de la imagen: Capturando Momentos.
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