¿Has vuelto de vacaciones con la idea de un cambio de look en la cabeza? (Sí, con la de ir al gym y a inglés también, pero de eso no nos toca aquí). Has pensado que unas mechas quizá sea la mejor opción. Pero hay tantas opciones (y con nombres tan rarunos), que nos perdemos. Para acertar con las mechas, conoce cuáles se llevan y si son las mejores para ti.
Cómo acertar con las mechas y el color
Para acertar con las mechas, tan importante es la elección de la técnica como la del color. Si ya eres rubia, te irán los tonos dorados, beis o cenizas. E incluso el platino, si deseas un cambio radical. Si eres castaña, los tuyos son los tonos miel y caramelo. Para la smorenas, el café, el chocolate y el moka. Y las pelirrojas pueden lanzarse con rubios venecianos (el tono más claro de la gama de los pelirrojos), con reflejos dorados y cobrizos.
Babylights para rubias
Para acertar con las mechas, para muchas personas lo principal es que sean naturales. Las babylights son mechas muy finitas. Se aplican en un mechón sí y otro no, de raíz a puntas. Son perfectas para quienes quieren un cambio de look que sea discreto. Te verás el pelo más clarito pero muy fusionado con tu color natural. Son perfectas para chicas de piel blanca y ojos claros, que ya tienen el pelo rubio o castaño claro. Como son tan sutiles, lo bueno es que no tendrás que ir a la peluquería cada mes.
Ombré para morenas
Son las tuyas si eres morena, castaña y con ojos oscuros. Se aplican en mechones completos y en dirección diagonal alrededor de la cabeza, creando un degradado de color en la gama de los chocolates, avellanas y cobrizos, pero sin mucho contraste. Son de larga duración.
Balayage para todas
Las mechas balayage se adaptan a todas las coloraciones. Son diferentes de las mechas clásicas. Estas se aplican a mano alzada y sin papel de aluminio. De ese modo, el resultado es más natural. En esta coloración, se deja la raíz más oscura, con algunos puntos de luz. El color se aplica de medios a puntas. Como las californianas que triunfaron hace años, pero más sutiles. Se hacen a mano alzada, aunque también se puede con pincel, peine o incluso esponja. No hay indicaciones: estas mechas le van bien a cualquier tipo de óvalo facial y color de piel. Como la raíz es la natural del cabello, requieren poco mantenimiento.
Shatush
Piensa en el cabello de un niño. Al mirarlo, se ven diferentes tonalidades engamadas, que se mezclan unas con otras. Este es el objetivo de las mechas shatush. El resultado es un color natural en las raíces y un tono que se va aclarando en dirección hacia las puntas. Pero sin que se pueda decir dónde acaba el color natural y dónde empieza el de la mecha.
Lo ideal es utilizar tu mismo color de pelo, pero en un par de tonalidades afines, más claras o más oscuras. Cada tres o cuatro meses tendrás que ir a la peluquería a retocarte. Son aptas para cualquier tipo de pelo. Favorecen sobre todo si tienes las facciones duras y deseas suavizarlas.
Tiger eye
No tienen nada que ver con Rocky ni con Sylvester Stallone. Son un tipo de mechas que se llaman así por la piedra semipreciosa Ojo de Tigre. También se hacen a mano alzada, con papel film. Así se trabaja con más de un color, para crear un efecto tornasolado. Son perfectas para pieles cálidas y morenas (pongamos Jennifer Lopez). Se hacen en colores dorados, cobrizos o café. Tendrás que ir a la pelu más o menos una vez al mes.
Sunlight
Deben su nombre al efecto que consiguen. Como el sol sobre el cabello en la playa. Se aplican con pincel en mechones desde la raíz e insistiendo en las puntas, aunque no en todas por igual. Son aptas para cualquier fisonomía, pero quedan perfectas para quienes tienen rostro fino y con melena larga (Penélope Cruz). Tendrás que refrescarlas cada cuatro semanas con un baño de color, para revivirlas.
Underlights
Olvídate de ellas si no quieres nada radical y te gusta pasar desapercibida. Se aplican en la capa inferior del cabello con un color en varios tonos o bien a modo de arcoíris, pero siempre en tonalidades saturadas: rosa, amarillo, verde… Con la melena suelta no se ven, a no ser que el pelo se mueva.
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