“Ir a la pelu” seguramente sea uno de los pequeños placeres que más nos guste regalarnos. Pero, muchas veces, cuesta encontrar el momento entre el trabajo, los niños, la casa y las demás obligaciones. Para que no se nos olvide lo importante que es (y lo bien que nos sienta), hoy os traemos los 10 motivos para ir a la peluquería. Para que, por lo menos, lo hagamos una vez al mes.

¿Solo 10? Sabemos que hay más, pero estos son los más importantes tanto desde el punto de vista psicológico, como desde el propio cuidado del cabello que, como expertos en la materia, consideramos hay que tener en cuenta. Así lo cree también Diana Daureo, reconocida estilista y dueña del espacio de belleza que lleva su nombre, quien nos ha ayudado a elaborar esta lista.
10 motivos por los que sí o sí tenemos que ir a la peluquería
- Es nuestro momento. “¡Y lo necesitamos! ¿O no?” Si pueden ser dos horas, mejor que una. Es el tiempo necesario para olvidarnos (durante un rato) de las preocupaciones del día a día.
- Relax. Relax. Relax. “¿Hay algo más relajante que te laven el cabello y te den un masaje capilar?”
- Nos ponemos al día. Tanto si vamos solas (leyendo revistas como si no hubiera un mañana), como si vamos con amigas que hace tiempo que no vemos (que las mechas tarden en subir no es un problema)
- El pelo grita ¡SOS! Por mucho que nos lo cuidemos en casa, los mejores tratamientos han de ser aplicados por expertos profesionales. Ya pasó el tiempo de jugar a ser peluqueras.
- Ni el corte, ni el color dura eternamente. Un mes es, más o menos, el tiempo que dura (bien) el color y la forma de algunos cortes. A partir de ahí, el cabello ya no es el mismo.
- Adiós a las penas. “¿Atraviesas un mal momento?” Nada mejor que ir a la peluquería. Allí las penas son menos y las estilistas también son psicólogas.
- No sin los peques. Si tenemos hijos y no sabemos con quién dejarles, “¡pues todos juntos a peluquería!”. Hay algunas, como la de Diana Daureo, que tienen zona especial para niños para que ellos jueguen, mientras tú disfrutas.
- Puesta a punto integral. Si además de el cabello, mimamos y embellecemos las manos y los pies mientras nos tomamos un té… nos sentiremos en el paraíso.
- Vida nueva, pelo nuevo. No es un refrán, pero como si lo fuera. Sabemos que cuando necesitamos un cambio en nuestra vida, la peluquería es uno de los primeros sitios a los que acudimos. Cambio de corte, de color, de estilo… “¡lo que sea, pero cambio!”
- Nos hace sentir bien. Y, además de todo esto, “¡salimos espectaculares!” Francamente, ir a la “pelu” es un su-bi-dón.
Crédito imagen: Diana Daureo
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